Se lo dije
A propósito de Lázaro Montes y Montes, escribió en su “Gramatiquerías” del 6 de diciembre de 1986:
En las combinaciones de dativo y acusativo oblicuos se lo, se la, se los y se las, el pronombre se es siempre dativo, y acusativos los pronombres lo, las, los y las expone el maestro González Peña, y ejemplifica: “Se lo vendió (Un caballo.); se la hirió (Una mano.); se los compró (Unos libros.); se las pintó (Unas puertas.). Por ellos se ve claramente que lo reproduce a caballo, la a la mano, los a los libros y las a las puertas.”
Y explica el mentor: “[…] Como lo vendido, lo herido, lo comprado y lo pintado son, respectivamente, el caballo, la mano, los libros y las puertas, de aquí que lo, la, los y las, que reproducen a tales sustantivos, tengan necesariamente que concordar con la palabra reproducida.
Un uso extraño y bárbaro se ha introducido respecto a dichas combinaciones pronominales. Y consiste éste, justamente, en que no se aplica la invariable regla de hacer concordar el acusativo con la palabra reproducida. Cuando el dativo es singular, decimos como debe decirse: se lo, se la. Pero cuando es plural incurrimos en el grave error de poner también en plural el acusativo que sigue, aunque designe un solo objeto: ‘Aguardaban ellos el libro, y un mensajero se los trajo.’ En este ejemplo, el dativo se reproduce al plural ellos, y el sustantivo debe reproducir al singular libro, y estar, por lo tanto, en singular (lo y no los).
Ya ven. Se lo dije.